sábado, 24 de septiembre de 2011

Amamos a Eduardo Rezzano (deberían leerlo)…


Gato barcino
Eduardo Rezzano a Enrique Arau


Casc Antic


I


Gravitación


Al castillo de sus abuelos
-de los abuelos de Ferran-
llegaron los portadores del
ojo de buey


El ojo de buey
era obsequioso de sabiduría
pero sus portadores -sin
embargo y a pesar de-
se mostraban nulos
en el arte de la diplomacia


Los abuelos de Ferran
respondieron a la sangre
con sangre y fuego
más por costumbre o
convicciones
que por estrategas


Sus padres -los
padres de Ferran- hijos
del incesto
timoratos y huidizos
se refugiaron en la
literatura y en el bosque


jugaron a Adán y Eva
y encontraron su fin
en las arenas movedizas
del tiempo


Él -Ferran-
no nació nunca
no fue concebido


ni por obra ni
por gracia


Compás de espera


Navegué distancias imprevistas
hasta salirme del mapa


Fuera del mapa
la superficie era de madera
había un vaso de vino
un compás y
unas manos nerviosas
se desplazaban inseguras


El mundo me mostraba
sus tres dimensiones
como quien descubre
su tesoro familiar
ante el codicioso o
el aventurero


Afuera llovía y mis ideas
carentes de espesor
restos de un naufragio
flotarían a la deriva


Batalla


Vencí a mi enemigo
doblegué sus ansias
de derrota
y hundí victorioso
la cara en el barro


Su pie sobre mi cabeza
bajo la lluvia
lo humilla


Su vida
no le pertenece


Ciutat Vella


Cerré los ojos
durante el segundo
más breve


y desperté extrañado
ante el pasado que huía
como una sombra
en la oscuridad


Tu nombre y mi nombre
perdieron la música
que los unía en una danza
quebradiza


y los objetos se mostraron
inanimados e inexpresivos
brutales o tercamente
impiadosos


Pero reconocí
el canto de la mañana


las primeras luces
sobre una ciudad que
había luchado por existir


que guardaba acechanzas
en sus esquinas aún
tibias de orines


y enmudecía gritos
arrancados por el metal


mellado contra
las piedras las murallas
los sobrevivientes


De madrugada


De madrugada escogí
el color para recordarte
y ahora ese color es
mi casa


-donde respira
la ciudad vieja
donde duermen
los laietanos


De madrugada
te encuentro en cada
doblez del tiempo


a tiempo para convidarte
miel de maría
música de ninguna
estrella


para guardar
tu imagen pura
una vez más y
para siempre


II


Desinterés


Voy a contarte una historia
que sucedió en otoño
y que fue tan larga
como ese otoño duró


Una historia de amor
entre un hombre que
apenas podía hablar
y una mujer que destejía
vieja ropa de lana


Voy a contarte una historia
aunque veo desinterés
en tus órbitas vacías


Una historia de amor
entre el hombre cabeza
de buzón y la mujer
que proclamaba sus
pareceres con énfasis
arrebatado


que llevaba sus mejillas
encendidas por la tuberculosis
y su cuerpo delgado apenas
amarrado a la vida


Una historia de amor
pero de amor excesivo
entre quien pide y
quien no tiene


entre la noche misteriosa
y quien malgasta
su última moneda
en alimentar una tristeza
fofa y callada


en arrastrar su peso
por el sendero de tierra
montaña arriba


Rincón


Desde la profundidad oscura
de aquel cuerpo apoltronado
en la mecedora
se oye un crujido como
de madera


Difícilmente podría confundirse
aquel hombre con un hombre


Caminante


Camino otra vez descalzo
pero no sobre las brasas
sino sobre el té con leche
derramado ahora tibio y
pegajoso


por donde mis pies exigen
a Yahvé que
separe las aguas
o bailan extasiados la
danza del sol


Camino otra vez en círculos
pero lo hago alrededor
de mi ausencia


donde se dan cita
los tiempos idos


las voces acalladas


los cubos de madera
entrechocándose


Tramontana


Remontamos la mañana
hasta el mediodía
y encontramos un paraje
de lo más extraño


El sol huía por la retaguardia
proyectando largas sombras
que se perdían en el horizonte


Los viejos amigos -tocados
por la tramontana- cabalgaban
en direcciones equívocas
y levantaban


una polvareda de cristales
que ulceraba nuestros ojos


un rumor de sierras y
serruchos que ahogaba
las voces traídas de
la memoria por el viento


III


Padre


Una mariposa en
mi balcón
pone sus huevos
y se va


Pronto mi casa
se llenará de gusanos
a quienes alimentaré y
cambiaré los pañales


Seré un padre ejemplar
y a su debido tiempo
les enseñaré a volar
arrojándome por la
ventana


Montjuïc


Los abuelos de Miquel
yacen enterrados vivos


yacen enterrados vivos
o no tan muertos


Ahora bien
¿qué temas de conversación?
¿qué laberintos pedregosos?


Asegurar la tapa de
abeto tallada


A cal y canto
la historia


a cal y canto
el camino


Rescate


Enviaré siete caballos
a buscarte y los proveeré
de olfato poderoso


Vestirán capa negra
como los perros de
la noche y te encontrarán


Te traerán
aun si estuvieras muerta
o por morir


recibirán veinte azotes
como premio-castigo
y ración doble de
pescado


descansarán enterrados
bajo un jardín de cerezos
en flor


Condiciones mínimas


Si nos vamos a reunir
alrededor de un cuerpo
que ese cuerpo esté
en descomposición


Nada de doncellas
o niñatos


Que tenga algo de vida
coagulada
o un agujero en el abdomen
imposible de ser rellenado


Si nos vamos a reunir
alrededor de la cantante
que la cantante tenga
tres piernas


Espejo


Sentado a la cabecera
de la cama
sostengo la mano de
un muerto


Escondo mi impaciencia
y él no me mira
pero retiene mi gesto
y me lo ofrece


Suelto su mano


Si no tiene paz
que despierte
que quiebre mi cuello
o me ofrezca una agonía
larga y reparadora


Cuando el
espejo se rompe


Sostiene la mano de
un muerto
y el muerto ríe pero
no canta


Quien guarda su descanso
no descansa
se multiplica en el
espejo quebrado


Restauración


Tardó ocho años
en reconstruir su vida
y ya recompuesta
fue apenas un artefacto
obsoleto
desfasado ocho años
de lo que ocurría por
entonces


Sus amigos se habían
hecho grandes
-grandes mentecatos o
matarifes-


y lo único inmutable era
la sonrisa de la panadera
colgando de un cuerpo
aún más decrépito


-su horno ya no era de leña
sus modales de gusano


Dieta líquida


Finalizado el recorrido visual
dejé los ojos sobre la mesa
y les preparé un refrigerio


Me senté a escuchar música
pero la música había perdido
su juventud
su poder de persuasión


Descendí a un estado de
introspección
que me permitió ciertos
olvidos


-el largo de mis brazos
mi nombre


No salí de mi sopor
hasta entrada la noche
mis ojos dormían
ya no me esperabas


Mamut


La imagen del descongelamiento
del mamut
era un pensamiento que
se me había hecho recurrente
pero no obsesivo


Unas veces se me presentaba
como un volver a la vida


-lo veía sacudiéndose la
escarcha del pelaje escrutándolo
todo con sus ojos negros
o pardos-


y otras asistía
al desmoronamiento de sus carnes
a la gelatinización de sus jugos


como si toda su muerte
hubiera permanecido enquistada
o atrapada en una botella


Así y sin darme cuenta
fui adquiriendo maneras
de elefante
mi andar se hizo más pesado
mis razones más huidizas


Opté por el silencio en
la mirada y
un balanceo lento y
armonioso de mi trompa


Permití que se me hablara
al oído
y me transformé en el
gran escucha


porque sabía que las palabras
habían perdido su significado
que la tierra volvía a
no ser de nadie


Diumenges


El gato barcino
movió su cola y saltó
sobre la mesa


La mesa estaba vacía
-sólo un charco de vino
había sido abandonado
a la absorción de la
madera-


y se escuchaban las
despedidas y las promesas
de repetir el convite


las risas que se prolongaban
por la escalera hasta la calle


hasta el nivel cero del
desencuentro


Confesiones
sobre la degradación
y la pérdida
de la belleza


I


He pintado la muerte
de tantos colores que
ya no me inquieta su
aliento moviendo las
hojas las ramas


pero cuando se aparece
pálida y cetrina
en los rasgos del
ser querido


un frío me sobrecoge
y debo ocultar el rostro


para llorar con
la voluntad rota
sobre al cráter del
volcán que
ofrece su tufo
de piedra licuada


para cerrar
una puerta tras otra


para reconocerme
desmantelado y
tendido a lo largo


ante una corte de difuntos
que observa mis procesos
y mide mis reacciones


II


Viviría con los gitanos
si no necesitara el
silencio del desierto


Viviría en el desierto
pero la soledad me
lleva por el camino
de las sombras


Viviría sin la mujer
que amo si
pudiera olvidarla
pero todo vuelve
todo regresa


-el invierno
la tempestad mar adentro
girando sobre su eje


Amanece sobre el
bosque helado
la nieve guarda memoria
de mi cuerpo


mi cuerpo insepulto


III


Separo los dedos
de a una falange
y mi canto de voz cascada
los invita a una danza
vigorosa pero lenta


Las manos malogradas
observan el rastro de sangre
y dejan caer cuanto sostienen


Ahora mi cabeza callada
¿qué con mi cabeza y mi boca?


No es la cabeza de un hombre
al fuego con ella


y las cenizas al Ganges


IV


Aleluya
si no hemos vencido
al menos estamos
muertos


Nuestros restos están
dispersos
por el frente de
batalla


o de lo que era
una batalla
mientras ofrecíamos
resistencia


Ahora nos confundimos
con el enemigo
que camina como un
fantasma
y hablamos y cantamos
por su boca


lo tentamos con
nuestros errores


le hacemos revivir
nuestra decadencia


V


Hoy destacan
mis manos de
nutria
mi paso de pato


mi pelo de bisonte
y la cola de iguana
arrancada pero
todavía moviéndose


Si no llego a tiempo
a mi funeral
empezarán sin mí


y aun si lo lograra
sólo llegaría para
incomodar con
mi silencio


VI


No puedo decir que no
a una última copa
e inclino la cabeza
asintiendo quedamente


El diálogo pierde
consistencia y mis palabras
son recogidas de la mesa
con un paño húmedo


Me atrevo a encender
un cigarrillo
para observarte a través
del humo y despedirme
una vez más


de tu cuerpo
real hasta lo indecible
frágil como la noche
en que se dicen tantas
torpezas


porque el amor nunca
es lo que queda de él
y mis manos lo apartan
queriendo alcanzarte


VII


Ahora escuchemos


La noche está en
su punto álgido y
en la habitación contigua
hablan
están planeando un crimen
y cómo ocultar el cadáver


hacerlo con una soga
o con un martillo


poner a la víctima
sobre aviso
o actuar por sorpresa


De repente todas
las voces callan
menos una
una silla se cae y
suena el teléfono


pero suena en el piso
de arriba y quien
atiende niega una vez
niega dos
y nervioso empieza
a toser y a ahogarse


Termina la reunión
y golpean a mi puerta


Yo espero debajo de la cama
con la luz apagada y
el televisor en stand by


pero un cigarrillo quemándose
sobre el cenicero me delata
al igual que el olor rancio
que desprende mi cuerpo


Oigo risas en la calle
y un coche que se aleja


En la habitación contigua
reanudan el intercambio
de opiniones hasta que
todas las voces callan
menos una


En el piso de arriba siguen
tosiendo y
alguien arrastra un mueble
lo hace sin cuidado
y voltea una silla


Otro se queja y
no soy yo
yo estoy en silencio


viajo semiinconsciente
en el baúl de un
automóvil


no sabría decir cuánto
hace ni qué dirección
hemos tomado pero
quizás haya amanecido


y la luna se vea vieja
pálida o casi transparente


Confesiones
sobre la irregularidad y el descentramiento


Dificultad


Mis pareceres
atacaban el problema
desde dos ángulos
diferentes


no contrapuestos
sino de manera tal
que se abriera y
enseñara su corazón


pero el corazón
de un rojo palpitante nos
mostró sólo parcialmente
aquello que queríamos
dilucidar


y desentrañar su secreto
nos llevaría al abdomen
a los procesos digestivos
y a ensuciarnos las manos
vanamente


Dejamos el escalpelo
suturamos y
el problema se echó
a andar con una cojera a
la que no dimos importancia
hasta dos años después


Dos años después nos recibió
con una cara que demostraba
el paso del tiempo


no por la piel agrietada
o la dureza de los gestos
-su sonrisa era la de un niño
encantado por nuestra visita-
sino por algo de lo que no
acabábamos de darnos cuenta
y que nos planteaba nuevos
interrogantes


Aceptamos tomar un café
con la intención de ganar unos
minutos para la observación
minutos que se hicieron horas
horas que se hicieron días
días que parecían eternos


y para darnos ánimo
decidimos que nuestro
informe sería ejemplar
que no daría lugar a dudas


Pero el mundo había
cambiado y
no habíamos reparado
en que estábamos solos


El viento soplaba
y nos aturdía


tallaba surcos sobre
nuestro entendimiento
y nos ponía en la boca
palabras extrañas que
sabían a arena o
a piedra caliza


pero que de cualquier modo
repetíamos mirándonos
a los ojos


sosteniéndonos la mirada


como dos amantes
condenados a una muerte
segura pero no por ello
menos improbable


Rambla del Raval


Hoy la noche
tiene algo de sensual
y esa sensualidad está
en el movimiento suave
de las palmeras


en su avance imperceptible
mecidas por el viento
sujetas por la tierra
que cede milímetros


Yo también me muevo
imperceptiblemente y
revelo la fuerza de
cien hombres
pero cien hombres
desorganizados
sin un fin común


que huyen de su
centro


La noche sin estrellas
esconde una amenaza y
el bebé dormido respira
bajo el mosquitero


Medio oriente despierta
y el otro medio
regurgita en sueños
el alimento prohibido
la leche del marrano


El miedo


Nueve decenas de hombres
reducidos al bronce
amenazan con marchar
sobre Catalunya


El más viejo intenta cambiar
su gesto adusto por una sonrisa
y el senado se muestra incapaz
de controlar la rebelión de
las estatuas


de poner coto a lo indeterminado


Repetición


Volví a matar pero
mi víctima era
siempre la misma


Desmelenada
se acostumbró a
esperar el tiro
de gracia


y yo le ofrecía
siempre un último
deseo que nunca
era el último


Gestualidad


Abro una mano y
dejo escapar una risa
entre ahogada y satisfecha


En la otra guardo una máscara
envejecida y resquebrajada


Es verdad
aprendí a reír sin
mover la boca


a agitar
el puño apretado
en la gradería


Publicado en Suplemento Letras, Diario Diagonales, 24 de septiembre de 2011 (http://www.elargentino.com/nota-159255-Gato-barcino.html)

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